viernes, 16 de diciembre de 2011

trastornos de ansiedad en la niñez



Aunque los trastornos de ansiedad en la niñez no son ni remotamente tan comunes como los de la adultez, la mayoría de los niños, en algún punto durante sus vidas, experimentarán un típico temor o ansiedad. En casi todos los casos, estos temores no se tornan en algo irracional ni desarrollan un ataque de pánico o, peor aún, un trastorno de pánico. Sin embargo, los niños pueden demostrar señales de un trastorno de pánico por otras razones. Los niños pueden ser afectados por algunos tipos de trastornos de ansiedad que son más comunes en adultos. Puede que estén extremadamente preocupados sobre los eventos de su vida diaria, como la escuela o la vida en general. Pueden tener la tendencia a ser extremadamente críticos con ellos mismos, buscando siempre alcanzar la perfección, rehacer tareas continuamente en un esfuerzo de que ésta resulte perfecta y buscar la constante aprobación y dignificación de otros. Otro tipo de trastorno de ansiedad que puede ser observado en niños es el trastorno obsesivo compulsivo. El TOC es una obsesión por pensamientos indeseados que una persona simplemente no puede sacar de su cabeza. Quien sufra esto también puede desarrollar una fuerte necesidad de llevar a cabo comportamientos repetitivos, o rutinas, buscando tranquilizar o mitigar sus ansiedades. Aunque los 10 años de edad es la edad pico en la que un niño puede ser médicamente diagnosticado con TOC, se ha sabido que éste puede afectar a niños tan jóvenes como de dos o tres años. Este trastorno de ansiedad en particular puede ser observado en niños que laven repetidamente sus manos en exceso, tengan la sensación de estar haciendo algo mal y contabilizar objetos, para prevenir pensamientos no deseados. Cualquier niño que sea expuesto a una experiencia extremadamente estresante, tal como la muerte de un padre, un desastre natural, un accidente o un abuso físico pueden desarrollar este mal. Aunque estos tipos de trastornos de ansiedad podrán ser encontrados también en adultos como en niños, las señales físicas y emocionales pueden ser, a menudo, muy diferentes. Por ejemplo, los niños no tienen una comprensión de que sus miedos son irracionales, del mismo modo, no pueden expresar sus sentimientos, entonces estos exhiben síntomas tales como el llanto y las rabietas.
Diana Corbalán Sánchez 1ºGrado T.S,mañana.




2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me ha parecido muy interesante el texto, ya que yo he trabajado con niños que han tenido ataques de pánico, ansiedad y estrés.

    Muchas veces esto se complica más de lo normal porque los padres no saben como actuar, y en un cierto modo es normal. Lo primero que suelen hacer es llevarlo al médico, y este lo traslada al psicólogo. Una cosa que deberían haber hecho los padres es hablar con los niños para ver que les preocupa, la mayoría de veces suelen contar lo que les pasa y en cierto modo es una forma de desahogarse. Y así se puede bajar los ataques de ansiedad y el estrés.

    Nuria Campos Martínez 1º Grado, Trabajo Social. Turno tarde.

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