viernes, 2 de diciembre de 2011

Ataques de pánico.

El ataque de pánico se caracteriza por episodios severos y repentinos de máxima ansiedad asociados a una serie de manifestaciones físicas. Alcanza su máxima intensidad al minuto o dos de su comienzo; luego va cediendo gradualmente. Si los síntomas que caracterizan a estos episodios se presentan a raíz de motivos concretos (por ejemplo, tras haber vivido una experiencia que amenace la vida), no sería correcto interpretarlos como señales de un ataque de pánico.

Aunque no se trata de un problema emocional, algunas personas pueden experimentar un episodio después de haber pasado una emoción fuerte. Hay personas que sufren repetidos ataques de pánico, lo que las lleva a evitar ciertas situaciones que los desencadenan. Pero esta tendencia a evitar algunas situaciones de la vida cotidiana puede extenderse a otras actividades.

Los síntomas son: acaloramiento, palpitaciones (se percibe que el corazón late rápidamente y con mucha intensidad), opresión en el pecho, debilidad, sudoración, temblor, confusión, náuseas, tensión muscular, sensación de irrealidad y miedo a morir.

Los ataques de pánico reiterados llevan a la consulta con un profesional. Como los síntomas suelen estar ausentes al momento de ver al médico, es revelador el relato del enfermo a la hora de realizar un dianóstico que pueda tratar este fenómeno.

Santiago León Comazzi. 1º Grado de Trabajo Social. Turno Mañana 

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