domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuando te juzgo, me juzgo

Es inevitable, todo es objeto factible de ser juzgado. Ya sea para bien o no, sea constructivo o no,
por aquellos que te quieren y por aquellos que no.

Hagas lo que hagas y hasta cuando no hagas nada, alguien va a tener algo que decir al respecto
, así como nosotros pensamos o tenemos para decir algo sobre lo que haga o piense el otro.
Entonces…
- Cuando emitís un juicio hacia otro, de quien habla ese juicio que emitis?
- Sabemos realmente en qué circunstancias o historia tiene eso que se juzga?
- Para que emitimos un juicio?

Desde mi mirada, cuando emitimos un juicio o simplemente pensamos críticamente
sobre las cosas, estamos dando nuestra mirada, lo que nos genera esa que pasa o
se dice, por consiguiente, todos los juicios o pensamientos que tenemos sobre una
situación, hablan más de nosotros mismos que del otro. Hablan de nuestra forma de ser, de pensar, de nuestros miedos, de nuestras incapacidades, de nuestros deseos.

Expresan lo que a nosotros nos pasa con eso que dijo o hizo el otro, y no refiere directamente con el propósito o la intención del otro, sino de nuestra interpretación de cómo debieran ser las cosas, de nuestro deseo de control, de nuestra incapacidad de aceptación.

El juicio se nos impone, no es algo que podamos controlar… pero que pasaría si pudiéramos entenderlo como un espacio de aprendizaje de nosotros mismos…
Juan de Dios Esparza Sánchez- mañana

1 comentario:

  1. Según mi opinión creo que juzgar es de ignorantes, ya que no se puede juzgar a la gente tal vez por prejuicios o apariencias, cada uno es libre de hacer y deshacer su vida de la forma que quiera, sin que nadie tenga que cuestionarlo y juzgarle.Aquellas personas que juzgan quizas deberian analizar sus vidas para darse cuenta que tal vez la suya no sea tan diferente a las de las personas que juzga.

    Paqui Pastor Gil
    1ºTrabajo social
    Grupo tarde

    ResponderEliminar