Me invitaron a dar una charla a
un grupo de alumnos del Instituto Juan Carlos I, sobre Acogimiento de Menores.
Fui recibida por todos y comienzo con mi
charla, haciendo participe a todos de lo que supone un acogimiento desde 24/48
horas hasta su despedida, que no es otra que la marcha del bebe a su hogar
definitivo, sus padres de adopción.
Termino mi charla y comienzan
con preguntas, a las que respondo todas sin tapujos. Y me despido.
A la
salida se acercan unos cuantos a seguir con el tema y preguntando y entre ellos
estaba Alfonso, un chaval de 18 años, se acerca y me dice: ¿Carmen te puedo
hacer una pregunta? Si claro, dime ¿ME PUEDES DAR UN ABRAZO? Y sin mediar
palabra nos dimos un abrazo…. Que momentos más entrañables y llenos de magia,
se puso a llorar y entre llantos me
comento que él, era un niño abandonado y que hasta este momento no sabía lo que
era un abrazo, el abrazo de una madre. Los dos lloramos, me dice que mi
historia le había calado muy hondo y tenía la necesidad de recibir ese
“abrazo”. Gracias, fueron sus palabras. Silencio y una mirada de necesidad...
que me llego al alma.
Después
de calmarle me marche dejándole con sus compañeros.
He
sabido, pasado unos días que Alfonso, dijo públicamente en su clase que era un
niño abandonado por sus padres. No lo sabían.
Carmen Saavedra. Grupo mañana.
Me parece muy interesante la experiencia de mi compañera Carmen, pero sobre todo creo que es una experiencia bastante conmovedora. Yo tambien creo en lo importante que son los abrazos, ya que a traves de ellos se transmiten demasiadas sensaciones que llenan mas que cualquier otra cosa. Un saludo.
ResponderEliminarMe encanta también a mi esta entrada los gestos de cariño hacia las personas que lo necesitan es algo que engrandece. Deberíamos de proponernos hacerlo realmente más a menudo.
ResponderEliminarQue experiencia más emocionante Carmen, y a la vez bonita, pues estoy totalmente de acuerdo con que la vida te pone a las personas por un motivo y una causa, para mí las coincidencias no existen, y cada momento tiene su tiempo. Para Alfonso seguro que esa charla no fue casualidad para él, fue el momento que necesitaba sentirse sobrecogido por su historia y que librara sus emociones que llevara consigo dentro, con la ayuda de Carmen, llegó a pedir ese abrazo que tanto necesitaba y a la vez, contar a sus compañeros su realidad. Para mí también significa mucho un abrazo, es el gesto por el cual nuestras palabras no pueden expresar lo que sentimos, es muy especial y bonito, por lo que también pienso como Cristina que deberíamos realizarlo frecuentemente. Nos serviría de mucha ayuda.
ResponderEliminarUna gran experiencia y es, que los abrazos son tan importantes....en el momento adecuado pueden desencadenar un llanto que estaba encerrado, una sonrisa e incluso sentimientos que llevabamos dentro y ni siquiera sabíamos de su existencia...en conclusión pienso que necesitamos más abrazos y menos discusiones.
ResponderEliminarLa verdad que son importantes, sobre todo si se trata de alguien que normalmente no recibe un trato afectivo
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, no cuesta nada dar un abrazo, y para algunas personas puede ser tan significativo. Esto me hace pensar en que debemos de ser más afectivos en nuestra vida, ya que no supone un esfuerzo y podemos hacer felices a más gente.
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