Redes sociales como
Facebook, MySpace, Twitter son sumamente comunes en la actualidad y no resulta
extraño que niños menores de 10 años estén familiarizados con alguna de estas
aplicaciones. Este tipo de tecnologías representan las nuevas tendencias del
internet y formas de comunicación, donde millones de personas las utilizan
diariamente, pero ¿de qué sirve una red social?, ¿los mundos virtuales son sólo
un videojuego?, ¿estos espacios pueden traspasar las fronteras de lo real y lo
irreal?
Para contestar estas
preguntas hay que saber que ellas representan el poder de la comunicación en
distancias y tiempos cada vez más cortos.
En términos
conductuales, por ejemplo, en un primer acercamiento las personas te solicitan
tu número de móvil, tu "pin" o tu correo electrónico antes de
preguntar tu apellido. En las aplicaciones de trabajo, en las admisiones de
hospital, en las solicitudes de crédito, en todos lados te preguntan por estos
datos indicativos de que formas parte de una red social. Si no estás conectado,
si no tienes un correo electrónico o no eres un usuario de estas plataformas
sociales, simplemente no existes. Tratemos de reconocer un momento en el que
hayamos sentido algún tipo de exclusión por no contar con un móvil, un
blackberry, una cuenta de correos o un usuario en Twitter o Facebook... Ese es
el poder conjuntivo de una red social.
Los conocidos
“emoticones” o íconos gestuales nos permiten expresar en la red casi cualquier
estado de ánimo; esto es, podemos llorar, sonreír, ponernos rojos de la rabia y
ser soeces con uno de estos muñequitos, sin siquiera mover un músculo de
nuestro rostro o articular palabra. Estos iconos y el lenguaje cibernético en
general tienen un cometido global: rompen las barreras del idioma y nos llevan
a cierta universalidad en términos de comunicación. Esto también es
globalización. Tal vez el ejemplo más importante lo vemos en los usuarios de
redes de culturas orientales, quienes no suelen ser corporalmente expresivos en
afectos y emociones, pero utilizan los emoticones en la misma medida que el
resto de los usuarios a nivel global, como una forma de expresión reaprendida.
Las nuevas formas de
interacción humana no deben verse sólo desde el plano del impacto social, sino
que albergan también subtemas oscuros y peligrosos: los dilemas de la seguridad
y la confidencialidad. El usuario de redes sociales se encuentra más expuesto
al fraude tecnológico y a la manipulación, toda vez que su vida entera es
ventilada ante los ojos de propios y extraños, siendo el mismo usuario el
facilitador para que se vulneren sus derechos de privacidad y que sus datos se
utilicen de forma ilícita. Lo más peligroso es que, una vez entregados estos
datos a las plataformas de intercambio, es casi imposible borrar su rastro.
Ejemplo de ello es Facebook quien enfrenta varias demandas de eventuales
usuarios que decidieron darse de baja y luego encontraron que sus páginas aún
estaban disponibles con todos sus datos personales, fotografías, videos y
contactos.
La accesibilidad de
la tecnología en nuestras vidas en sociedad ha acortado nuestro mundo, pero ha
expandido nuestras relaciones con la gente. Ya nadie escapa de su experiencia
en ellas. Las estadísticas de redes sociales así lo confirman: son la cuarta
actividad más popular en la red, superando al correo electrónico; se dice que
si Facebook fuera un país, sería el cuarto mayor poblado del mundo por la
cantidad de usuarios; la tasa de crecimiento anual de Twitter es del 1000%; en
Youtube se suben en promedio 20 horas de video cada minuto.
Con todo ello,
podemos darnos cuenta de que nuestra conducta ha cambiado con el nacimiento de
estas redes, ahora en vez salir con nuestros amigos, preferimos quedarnos en
casa utilizando estas redes. Por ello, es importante concienciarnos y saber
manejarlas ya que no debe ser un factor dependiente de nuestra conducta.
Ángela Morote Marín.
Alumna de primero de
Trabajo Social. Grupo de mañana.
Un saludo.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que has escrito Ángela, ha llegado un momento en que las personas prácticamente no tenemos vida, nos pasamos muchas horas pendientes del móvil, a ver si tenemos whatsapp, si tenemos una nueva petición de amistad, etc, sobre todo las nuevas generaciones que venimos con un móvil desde muy pequeños, y cada vez más. Es como dice el de sociología, llega un momento en que las madres están perdiendo la comunicación con sus hijos ya que mientras los pasean en el carricoche se dedican a whatsapear, y con ello, no le hablan al bebé lo suficiente para que vaya aprendiendo a escuchar el idioma ni nada. Además también estoy de acuerdo, en que parece que si no tienes aunque sea un correo electrónico no estás comunicado, así como el dichoso whatsap, que en mi opinión, no me gusta para hablar de cosas importantes ya que no se en el tono en que me lo esta diciendo la persona con la que hablo. Resumiendo, espero que ésto de las nuevas tecnologías no nos afecte demasiado.
ResponderEliminarA mí personalmente me agobia bastante tanta tecnología en nuestras vidas. Es una época de cambios en todos los sentidos pero me gustaba más cuando podías salir tranquilamente a la calle sin que el móvil te sonase cada dos por tres o cuando podías hablar con una persona sin que te desvíe la mirada porque está mirando el móvil. Y todo esto porque tenemos adicción a todas estas máquinas que a muchos nos bloquea el cerebro y no nos deja pensar en muchas ocasiones.
ResponderEliminarAunque las redes sociales y aplicaciones como WhatsApp tengan cosas buenas como es mantener el contacto con personas que están lejos, pueden hacer mucho daño entre los jóvenes y sí, hablo del bulling, una modalidad que cada vez se está extendiendo y que debería cortarse de raíz.
El problema no es Internet o las redes sociales..es como lo usamos. ¡Aprendamos a hacer un buen uso de ellas!
Estoy totalmente de acuerdo con lo que se dice en el texto. La gente a dejado de relacionarse como antes, ahora solo están las redes sociales. Estas se han convertido en una pantalla que hace que las personas no se muestran tal y como son a la cara, prefieren decirlo por medio de mensajes, ordenador ... es una pena que las próximas generaciones cojan este camino e incluso a edades más tempranas.
ResponderEliminarEsta es una realidad y diría que triste en nuestra sociedad, pues la tecnología avanzada está haciendo del ser humano un inútil por así decirlo. Entorpece la comunicación y perjudica las relaciones, a día de hoy el joven que no tenga un móvil con whatsapp o no disponga de ninguna red social se le considera como "raro" y anormal. Es cierto que los avances tecnológicos son de gran utilidad y se nos presentan como facilidades pero no deberíamos abusar de su uso, pues las generaciones anteriores vivían sin estos recursos y podían hacerlo perfectamente y sin problemas. El abuso que le estamos dando a la tecnología está haciendo de una sociedad acomodada y egoísta, y a la vez caprichosa pues cada vez queremos más y más.
ResponderEliminarEn mi opinión, y claro queda que yo también tengo diferentes tipos de redes sociales, tengo que decir que las redes sociales en lugar de ser un avance han sido un retraso a la hora de sociabilizarnos, ya que llegamos incluso a no hablar con la persona que tenemos sentada al lado por usarlas.
ResponderEliminarCuando veo una mesa llena de gente y la mayoría estan con el telefono movil me parece algo desagradable. ¿Dónde quedaran las quedadas entre tantos amigos aún cuando no existian estas redes sociales? Ahora, si no tienes alguno de los métodos informáticos de comunicación es muy difícil el contactar con tus amigos y seres queridos. Además, ese niños con tan solo 7 años y ya tienen tuenti, whatsapp, etc., para mi eso solo hace que pierdan su infancia jugando en la calle con una simple lata de refresco.
Bajo mi punto de vista, las redes sociales pueden ser muy peligrosas si no sabes darle un buen uso. Los menores de edad que tienen redes sociales debería de ser vigilados por sus padres, ya que pueden encontrarse con cualquier tipo de coso por la red y no darse ni cuenta. Actualmente, cada día usamos más los móviles, incluso cuando estamos con los amigos a veces nos centramos tanto en nuestro teléfono que no prestamos atención a nuestra compañía. A mí personalmente, me gusta más pasar un buen rato con los amigos cara a cara que estar con las redes sociales, cosa que cada vez hay personas que lo hacen menos. Las redes sociales si no tienen un uso responsable pueden ser muy perjudiciales.
ResponderEliminar