Trastorno de déficit de atención sin hiperactividad

Como bien se decía en la publicación anterior titulada LUIS ROJAS MARCOS Y EL TDAH, el TDAH es un trastorno de déficit de atención con hiperactividad pero también existe el TDA, que es un trastorno de déficit de atención sin hiperactividad. La diferencia entre estos dos trastornos es que a los niños con hiperactividad les cuesta mucho mantener la atención, pero cuando atienden, aunque sea poco tiempo, se puede afirmar que atienden bien. Lo llamamos “Déficit de Atención Sostenida”. En cambio, a los niños sin hiperactividad les cuesta percibir los detalles significativos de las cosas y de las situaciones, lo que supone un problema para su aprendizaje. A este caso lo llamamos “Déficit de Calidad Atencional”.

Las características de los niños con TDA son que no se mueven excesivamente, pueden pasar mucho tiempo tranquilamente sentados y callados, realizando una actividad tranquila. Tampoco tienen problemas para realizar sus tareas o juegos, pueden estar jugando un tiempo muy largo. En general hacen todas las cosas con lentitud. Estos niños presentan una serie de problemas en su vida cotidiana, como el retraso de realizar actividades por si solos, el retraso en el aprendizaje de la lectura, escritura o cálculo. Tienen facilidad a olvidar las cosas y pueden llegar a tener fracaso escolar. En pocas ocasiones, pueden presentar problemas de conducta, sobre todo a partir de los nueve años pero por lo general, no tienen graves problemas de disciplina en el Colegio.

Por suerte, se han ido desarrollando diversos procedimientos para ayudar a los niños y adolescentes con este problema. Debo decir, que el déficit de atención es una característica de la persona, no una enfermedad, por lo tanto no tiene tratamiento que la modifique pero sí ayudas y estrategias farmacológicas y educativas para evitarlos o disminuirlos. En el ámbito educativo, los profesores deben detectar e identificar los niños que tuvieran dificultades y así, poner en marcha una Adaptación Curricular Metodológica. De esta manera se tendrá en cuenta el problema que presenta el niño y se tomaran diversas medidas que mejoren su situación. En cuanto al ámbito psicológico, si el niño ha desarrollado otros problemas a consecuencia del déficit de atención (baja autoestima, ansiedad, depresión…) se necesitará tomar medidas psicológicas. Los métodos más adecuados para ayudar a los niños con TDA son los tratamientos pedagógicos  pues mejoran las relaciones sociales, los problemas de conducta, la capacidad de atención… Y También existen otros especialistas como logopedas, psicomotricistas, optometristas, asesores educativos… que también son bastante eficaces.
Pero no nos olvidemos que lo más importante para tratar a estos niños es amor, paciencia y dedicación.

Rocío Martínez Panalés